martes, 8 de febrero de 2011

Polémica sobre psicoanálisis y política en la Argentina

En este número de Respuestas, acercamos a nuestros lectores extractos de textos de Germán García, en el marco de la Polémica sobre psicoanálisis y política en la Argentina (publicado originalmente en Los Libros en 1972, y reeditado por Asociación Amigos de la Fundación Descartes, en De Archivo Nº1). La propuesta es conocer el debate que en los años ’70 se daba alrededor de la práctica del psicoanálisis y su continuidad o disyunción respecto de las prácticas políticas. En este caso seleccionamos algunas partes de lo que Germán García debate con Gregorio Baremblitt.

“Si el psicoanálisis fuese una pedagogía los analistas solamente deberían ser hombres de bien, buenas personas, capaces de transmitir ideales suficientemente humanos, etc.”(…)

“La protesta idealista contra el caos del mundo –escribía Lacan recordando a Hegel- delata de forma invertida la manera en que los que protestan se las arreglan para vivir en ese mismo caos. Efectivamente, ¿cómo se pudo vender durante tanto tiempo eso que agita a tantas bellas almas?”(…)

“En 1936 Binswanger incitaba a Freud a que cambiase las verdades que descubría por una perspectiva más elevada, por una actitud más ligada al bien. No se trataba de la política, sino de la religión. Freud responde: “Siempre he vivido en el piso bajo y hasta en el sótano del edificio, mientras que usted mantiene que al modificar la perspectiva puede vislumbrarse un piso superior que alberga huéspedes distinguidos como la religión, el arte, etc. No es el único, y los demás cultivados representantes de la homonatura comparten su modo de pensar. En este aspecto es usted el conservador y yo el revolucionario. Si tuviera ante mí otra vida de trabajo me atrevería a ofrecer, incluso a estos personajes de alta cuna, un hogar en mi sórdida cabaña”” (…)

“Freud, al parecer conocía la especificidad de su descubrimiento. ¿Y si el psicoanálisis no tuviese ningún bien que ofrecer a esta u otra sociedad, exceptuando su posibilidad de dar cuenta de la estructura del deseo, aún en lo que ésta tenga de asocial?”(…)

“¿El psicoanálisis contra la revolución? No. Se trata de no ahogar en la declamación política –ni en la práctica- ese otro ámbito de la revolución psicoanalítica: el análisis del deseo a partir de la escisión que funda al sujeto como carente y deslizándose, por esto mismo, por los espejismos de su conciencia, precipitándose en las certezas imaginarias que su yo le propone para negar las huellas, siempre presentes, de la escisión que lo constituye como sujeto humano.”(…)

(Entonces) “...cuando se habla del campo psicoanalítico, tanto la compulsión como la negación política deben ser analizadas.”(…)

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