lunes, 3 de abril de 2017

Seminario de lectura 2016 IOM2 Delegación San Fernando: "El psicoanálisis entre ciencia y religión".

La propuesta de trabajo de este año 2016 se anudó respecto a las relaciones y tensiones que la práctica analítica sostuvo y sostiene con los campos delimitados por la ciencia y la religión. Los mojones que nos guiaron en este recorrido fueron dos textos: “La ciencia y la verdad” de J. Lacan (1966) y “Acerca de una cosmovisión” de S. Freud (35º Conferencia, 1932). Diversos autores fueron los elegidos para sostener la intertextualidad: G. García, P. Legendre, O. Masotta, A. Koyré, R. Descartes, I. Kant, L. Strauss, J-C. Milner, y otros. A continuación, las reseñas de las clases brindadas por los invitados al Seminario:


Marita Salgado: El sujeto: Entre Ciencia y Psicoanálisis

Por Verónica Rios

El viernes 1 de julio tuvo lugar la clase a cargo de Marita Salgado, Miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, Directora de la revista Dispar-Psicoanálisis y Filosofía.
En una lectura intertextual realizada por los integrantes de la delegación, recibimos con interés la clase a cargo de Marita Salgado, quien propuso puntualizaciones que permiten señalar las diferencias acerca del sujeto de la ciencia y su correlato, es decir el sujeto del psicoanálisis.
Al inicio señala que es un escrito del año 65/66, a su vez la primera clase del seminario 12, cuyo título es “El objeto del Psicoanálisis”, y Lacan lo ubica al final de la recopilación de los escritos. Refiere que ésta ubicación es un punto de capitón respecto de sus escritos. En las primeras líneas del texto propone el estatuto del sujeto y el estado escisión, de Spaltung, de división detectado en la práctica analítica.
Es tomando como referencia a A. Koyré que Lacan va a localizar en el siglo XVII el nacimiento de la ciencia. Lacan sostiene allí la condición del descubrimiento freudiano, en tanto no hubiera sido posible ni el psicoanálisis como práctica, ni el inconsciente como descubrimiento sin la fundación del sujeto cartesiano. Lacan se ocupa de la ciencia dado que su inmixión en la cultura se produjo en un tiempo que no tiene precedentes en la historia. Lacan hace del cogito cartesiano el enunciado de la condición subjetiva de la ciencia, es a partir de ese sujeto de la ciencia que va a ubicar al sujeto del psicoanálisis; como lo que decanta, lo que resta del cogito cartesiano. En la ciencia hay un saber sin sujeto, lo que importa es el saber y el pathos queda afuera, un sujeto sin alma, reducido a la enunciación. El nudo del planteo lacaniano reside en que el sujeto del cogito es un sujeto amarrado al lenguaje, donde se puede afirmar que la sustancia pensante está hecha de lenguaje, el sujeto de la ciencia es necesario para el psicoanálisis porque revela su ser de lenguaje. El sujeto de la ciencia es un sujeto no responsable por su causalidad, el sujeto del psicoanálisis es un sujeto responsable, que toma posición acerca de la causa que lo produce. En el curso de J. A. Miller, Causa y Consentimiento dice que el sujeto de la ciencia no responde por sus síntomas, esa responsabilidad marca la diferencia.

Fátima Alemán: Entre religión y psicoanálisis

Por Verónica Ortiz

El pasado 5 de agosto Fátima Alemán [i] nos visitó desde La Plata para sumar su aporte al trabajo del seminario, contribución que tituló “Entre religión y psicoanálisis” y que se planteó analizar el entrecruzamiento de ambos campos, en sus puntos de intersección y disyunción.
Comenzó proponiendo revisar la primera clase del Seminario 11- “La excomunión”- para leerla junto a “La ciencia y la verdad”, escrito principal de nuestro recorrido 2016. En el particularísimo contexto político y epistémico del psicoanálisis de1963, Lacan llama a la IPA “la iglesia” y revisa qué funda al psicoanálisis como praxis. A diferencia de Freud, que deseaba inscribir su doctrina en el campo científico de su época, Lacan se pregunta acerca del fundamento científico del psicoanálisis. Lo desmarca del campo de las ciencias humanas y sostiene que es una ciencia conjetural. ¿Cuál sería su objeto? Para Freud, el inconsciente. Para Lacan, el objeto a, que no es un objeto de conocimiento, sino un objeto recortado en el cuerpo, ligado a la pulsión.
Alemán desarrolló algunos aportes de dos autores que constituyen referencias importantes para Lacan en este escrito: A. Koyré, que le permite pensar el nacimiento de la ciencia moderna y el sujeto de la ciencia, y el cardenal Nicolás de Cusa, quien propone la verdad ya no en términos de exactitud sino de conjetura. Luego, puntualizó un texto de Antonio Texeira, analista brasileño: “Los efectos discursivos de la cristianización de Dios”, recorriendo conceptos tales como la secularización de la conciencia y los cambios en la concepción de la verdad.
Será el turno del pasaje de la tragedia antigua (Edipo) a la moderna (Hamlet). El héroe antiguo cargaba con la figura inexorable del destino, que funcionaba como causa. El moderno, sufre una deuda que, sin embargo, puede rechazar, puede tornar contingente. La causa como verdad ya no está jugando de la misma manera, puede ser una conjetura.
Freud piensa la religión en términos de neurosis universal, con sus rituales y ceremoniales, al modo de la neurosis obsesiva. La religión está montada sobre una creencia, que es una ilusión, motorizada por el deseo. Por otra parte, está la religión privada de cada uno, el fantasma. Allí donde Freud pensaba que la ciencia provocaría el desengaño de la ilusión, y con ello, el ocaso de la religión, Lacan habla de su triunfo. Al sin sentido actual, la religión responde segregando sentido y eso constituye un mecanismo de gran alcance.
En este contexto, podemos esperar que el psicoanálisis continúe siendo un síntoma que siga apelando al sinsentido particular de cada uno, frente al sentido universal de lo religioso o al código predeterminado de las terapéuticas.
Siguió a la exposición una extensa y animada conversación con los presentes acerca –entre otros temas-de las terapias cognitivo-conductuales, el Coaching, el papa Francisco, el sincretismo religioso y la unificación de los goces.

[i] Miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana y de la Asociación de Psicoanálisis de La Plata. Prof. Adj. Facultad de Psicología (UNLP). Miembro de PRAGMA.

Beatriz Gez: René Descartes: la orientación de Lacan

Por Augusto Pfeifer

El 16 de Septiembre nos visitó Beatriz Gez, miembro del Centro y la Asociación Amigos de la Fundación Descartes.
Gez aprovechó la ocasión para trabajar la particularidad de las condiciones con las que se encuentra el psicoanálisis. Como bien señala Lacan en el texto “La ciencia y la verdad”, nuestra práctica debate con una diversidad de disciplinas y saberes que inundan el mercado de la salud mental y la cultura. En esta discusión, sin embargo, no se tratará de triunfar -ni de fracasar-, sino de sobrevivir.
Resaltó el modo en el que -siguiendo la propuesta de Germán García- el psicoanálisis entiende su enseñanza. Más allá de los saberes o conocimientos transmitidos, la clave se encuentra en el intervalo que se impone: entre aquel que enseña y aquel que aprende, existe un hiato abierto por un deseo. El primero no podrá saber de antemano qué va a producir en el que aprende. Del segundo dependerán entonces los alcances de esa transmisión. Esta forma de circulación difiere, desde el llano, de la propuesta de la Asociación Psicoanalítica Internacional sobre la formación de los analistas. En ella están (al modo obsesivo, señaló Lacan su momento) delineados dos lugares -didacta y candidato-, sin ese hiato que concede abrir las vías de un deseo singular.
La clase recorrió además uno de los objetivos implícitos de la Ilustración y el Humanismo (siendo Kant uno de sus referentes): alcanzar esa anhelada mayoría de edad. Gez contrapuso a estos movimientos la evidencia leída por Freud: cada civilización conlleva su barbarie. La técnica -esa estrategia universal que le permite al hombre ir más allá de él- supone nefastas consecuencias.
Señaló, retomando a Lacan, que la palabra es oscurantista. Es esta propiedad la que abre el siguiente interrogante: ¿qué transporta el significante que genera efectos? Pregunta soslayada por las teorías cognitivo-comportamentalistas que sentencian que todo lo que no es cognoscible vía la razón, se torna sospechoso. Contra la orientación freudiana - “el malestar está fuera de sentido”- se propone un “todos iguales frente a la cognición”.
Considerando este contexto de sospecha la clase propuso recuperar la vía de Descartes: “avanzar enmascarado”, tal como lo señaló Lacan en el Seminario X.
La existencia del psicoanálisis no dependerá de su “originalidad”, sino del hecho de estar advertidos -como practicantes- del recorrido por los significantes que constituyen su metonimia. “¿Qué clase de metáforas vamos a hacer de esa metonimia que es el psicoanálisis?” La respuesta no será sin política, y ella -aunque muchas veces se imponga el olvido- se sostendrá gracias a figuras y nombres que sostenemos como referencias.

Emilio Vaschetto: ¡Prueba otra vez!

Por Pamela Morelli

El viernes 18 de noviembre nos visitó el Dr. Emilio Vaschetto [i] en el cierre de nuestro Seminario. El encuentro fue a modo de plantear algunas conclusiones respecto de las lecturas que hemos abordado a lo largo del 2016. El invitado, ingeniosamente, tituló la clase “¡Prueba otra vez!” en alusión a un fragmento de S. Beckett: “Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.” En los tiempos actuales, cuando todos los medios masivos de comunicación parecen señalar a la Felicidad como el imperativo categórico posmoderno y el éxito tiene mejor prensa, plantear “fracasar de la mejor manera” es, quizás, una opción más afín al psicoanálisis.
Tomando como eje el escrito de J. Lacan La ciencia y la verdad, se trazaron algunas coordenadas para recorrerlo, y teniendo en cuenta lo barroco del estilo lacaniano, se propusieron tres pares posibles: Paranoia-Ciencia, Neurosis Obsesiva-Religión, Spaltung-Praxis.
A lo largo del encuentro, entre muchas cuestiones planteadas, quedaron establecidos algunos mojones: la necesidad de separar la Paranoia como una psicopatología, de la paranoia post clínica, que el sujeto sobre el que operamos desde el psicoanálisis no puede ser otro que el sujeto de la ciencia ya que hay leyes que se ordenan más allá del mismo y de las cuales no se puede huir, teniendo presente que somos siempre responsables de nuestra posición de sujetos. La consecuencia de dicho planteo sería la imposibilidad de escudarnos en determinismos que oscurezcan nuestra propia responsabilidad subjetiva. Vaschetto también destacó que vivimos en momentos en donde el discurso de la época estaría del lado del “rechazo del inconsciente” (no solamente como consecuencia de una psicosis) sino que plantea la paranoia "lograda” como característica de ser un "desabonado" del inconsciente.
La elucidación de dichos planteos (oscuros, áridos por momentos) se realizó en el marco de la clase que fue el último encuentro de un recorrido anual por distintos autores, invitados y debates.


[i] Miembro de la Fundación Descartes, de la Escuela de Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. 

Nota sobre "Diversiones psicoanalíticas" de Germán García*

Por Pablo Rosas

Como nos indica la presentación de este libro [i] compuesto por clases dictadas en Tucumán entre Marzo y Diciembre de 1988, muchos son los temas que podríamos elegir para transcribirlos por su importancia. No obstante elegimos uno en particular por tener, creemos, una impronta propia de quien se ha formado bajo la enseñanza de Oscar Masotta.
Estamos en tiempos donde los últimos trabajos sobre psicoanálisis y los debates sobre los mismos son de fácil acceso. Términos, artículos, etc, vía los medios digitales, se nos brindan con mayor facilidad que en los años donde se dictaban estas clases. Sin embargo el no precisar cuestiones básicas como la teoría del lenguaje que manejaba Freud en sus comienzos, aparejan falencias en la formación de quienes aún con los últimos materiales se quieran formar en esta disciplina.
Por esto elegimos y trascribimos de la página 11 del libro lo siguiente:
“Para entender estos mecanismos de Freud hay que entender su teoría del lenguaje, que está expuesta en el libro La afasia anterior al Proyecto y a la interpretación de los sueños, Freud piensa que el lenguaje tiene tres polos: un polo motor, uno escópico y otro auditivo. Decía que a una palabra el sujeto puede escucharla, puede bailarla y puede verla. Pongamos tres ejemplos, el sujeto baila la representación, se ve en el ejemplo de Freud sobre la histeria y la bisexualidad; una mujer que tiene la representación del coito y la defensa de esta. Esto se traduce en la formación de un arco, una mano se defiende y otra tira de la ropa; quiere decir que esta mujer hace esa representación. El ataque histérico va a dar el modelo de una serie de actos.
Freud también refiere el caso de una histérica que tiene una alucinación donde él y Breuer penden de un árbol. Ambos le habían negado un medicamento que ella reclamaba, entonces les dijo: “¡No valen uno más que el otro! Uno es el pendant del otro”. Evidentemente sabía francés, había alucinado la frase con una imagen donde uno pendía del otro. Quiere decir que la representación se puede hacer, ataque histérico, y se puede ver, alucinación visual. Luego tenemos a Schreber que escuchaba unas voces que le decían cosas, hay también alucinación auditiva.
Hay que entender que en Freud el lenguaje no es sólo lo que se habla, sino también esta dimensión donde el lenguaje se hace, se alucina auditivamente, visualmente e incluso táctilmente.”


[i] Otium Ediciones, 2014

* Artículo publicado en el Número 11, Año 11 de Revista RESPUESTAS. Diciembre 2016.

El psicoanálisis aplaudido o la ironía de un destino.*

Por Félix Chiaramonte

.
“Como decía Macedonio Fernández, no se sabía si aplaudían porque les gustaba lo dicho o porque su discurso había terminado de una buena vez”
Germán García

Como si fuera fácil, todos creemos saber de qué se trata el psicoanálisis. Tanta divulgación no ha sido vana pero ha envanecido a muchos que con decir algunas pocas palabras, clichés del momento, nombres propios notables, supuestos saberes sobreentendidos, naufragan en el aplauso fácil, la detonación de las palmas, el placer de los sordos.
La psicología de las masas tan a mano, dirige a los más novatos que de tan novatos están viejos, adultos tratados amablemente como infantes.
Prolijos jefes de la nada, hay quienes dirigen los vientos de confusiones y avalan la lectura en internet de una carta que jamás fue escrita por Freud para Lacan para coronar un ejemplo “clínico” que se verifica en el humo de una hipótesis por venir.
La formación de los analistas futuros camina en el horizonte de una educación aún no con-trastada. Freud no estaba de acuerdo con dejar el psicoanálisis a sacerdotes a cargo de los cuerpos atravesados por síntomas, pero tampoco creía que fuese un terreno potestad de médicos más hipocráticos que socráticos, tan lejanos de la retórica del inconsciente y del equívoco hecho carne.
Tal vez tan decisionista como su precursor, Jacques Lacan supo proponer una institución posible para esta profesión, desde el imposible de analizar, habiéndose escindido, excomulgado y disuelto en una causa que vacía, objeta y deriva.
De un sujeto a revelar en una resonancia que se descifra, vamos hacia el desencuentro de una actualidad marcada por un objeto que, inimaginable, se transforma por momentos en mercancía o en cualquier cosa. La utopía de un aparato para todos ilusiona con comunicación y envuelve la miseria de cada cual en su pathos más éxtimo; en la época del hombre/mujer/unisex sin matices, los gobiernos esperan una clasificación de las estadísticas que hablen el código standard de sujetos mudos intoxicados de artificios.
Más ruidos de palmas se oyen en la sala atestada por gente que cree que no cree, puro grupo que no se quiere masa pero que la hace posible allí, en vivo y en directo. Alguien elogia a su amigo, porque en voz alta nada se critica, y por supuesto, no quieren que se ofenda ningún cliente. Como en el mundo, se combate la obediencia que propugna el conductismo (perdón, se dice TCC), pero se finge amor a las órdenes de unos comités sin otra dirección que sumar voluntades psicológicas.
La polémica, en algunos círculos áulicos “pro-postgrados universitarios”, está borrada, ausente, reprimida, cuando no forcluida, para que ningún maestro se acerque, no vaya a ser cosa que otros nos vean como alienados. Mencionar a Oscar Masotta es verdaderamente excéntrico, ya que se quiere ignorar su lugar en una historia que supo inaugurar para la orientación lacaniana en castellano, y que está muy bien contada en La entrada del psicoanálisis en la Argentina, el libro escrito por Germán García en 1978, editado por Catálogos.
En definitiva, aunque la cuestión sea interminable y al mismo tiempo en cada caso haya un final singular, el psicoanálisis existe en los debates culturales y en la clínica, más acá en su política, y más allá de los aplausos sincopados.



* Editorial del Número 11, Año 11, de la Revista RESPUESTAS. Diciembre 2016.