lunes, 3 de abril de 2017

Nota sobre "Diversiones psicoanalíticas" de Germán García*

Por Pablo Rosas

Como nos indica la presentación de este libro [i] compuesto por clases dictadas en Tucumán entre Marzo y Diciembre de 1988, muchos son los temas que podríamos elegir para transcribirlos por su importancia. No obstante elegimos uno en particular por tener, creemos, una impronta propia de quien se ha formado bajo la enseñanza de Oscar Masotta.
Estamos en tiempos donde los últimos trabajos sobre psicoanálisis y los debates sobre los mismos son de fácil acceso. Términos, artículos, etc, vía los medios digitales, se nos brindan con mayor facilidad que en los años donde se dictaban estas clases. Sin embargo el no precisar cuestiones básicas como la teoría del lenguaje que manejaba Freud en sus comienzos, aparejan falencias en la formación de quienes aún con los últimos materiales se quieran formar en esta disciplina.
Por esto elegimos y trascribimos de la página 11 del libro lo siguiente:
“Para entender estos mecanismos de Freud hay que entender su teoría del lenguaje, que está expuesta en el libro La afasia anterior al Proyecto y a la interpretación de los sueños, Freud piensa que el lenguaje tiene tres polos: un polo motor, uno escópico y otro auditivo. Decía que a una palabra el sujeto puede escucharla, puede bailarla y puede verla. Pongamos tres ejemplos, el sujeto baila la representación, se ve en el ejemplo de Freud sobre la histeria y la bisexualidad; una mujer que tiene la representación del coito y la defensa de esta. Esto se traduce en la formación de un arco, una mano se defiende y otra tira de la ropa; quiere decir que esta mujer hace esa representación. El ataque histérico va a dar el modelo de una serie de actos.
Freud también refiere el caso de una histérica que tiene una alucinación donde él y Breuer penden de un árbol. Ambos le habían negado un medicamento que ella reclamaba, entonces les dijo: “¡No valen uno más que el otro! Uno es el pendant del otro”. Evidentemente sabía francés, había alucinado la frase con una imagen donde uno pendía del otro. Quiere decir que la representación se puede hacer, ataque histérico, y se puede ver, alucinación visual. Luego tenemos a Schreber que escuchaba unas voces que le decían cosas, hay también alucinación auditiva.
Hay que entender que en Freud el lenguaje no es sólo lo que se habla, sino también esta dimensión donde el lenguaje se hace, se alucina auditivamente, visualmente e incluso táctilmente.”


[i] Otium Ediciones, 2014

* Artículo publicado en el Número 11, Año 11 de Revista RESPUESTAS. Diciembre 2016.

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