domingo, 24 de abril de 2011

Comentario a la Nota “Investigación especial. Mundo Paco. El mapa del Paco”, en la Revista Veintitrés , N° 660. Publicada el 04– 04-2011.
Por Lorena Di Masso

La nota de tapa está sostenida en el fondo de una imagen, con un primer plano del encendido de una pipa, que muestra sin velo y con cierto sensacionalismo un modo particular de goce. Goce que, como tantos otros, hace problema a la sociedad en su conjunto y por tanto es denunciado al mismo tiempo que promovido, pues el sujeto “perjudicado” por distintos factores sociales, familiares, biológicos, etc., genera la necesidad de que el Otro [social] compense el Ideal perdido.

De un modo descriptivo se da cuenta del modo de funcionamiento de una organización narco en la villa 1-11-14 del Bajo Flores en la ciudad de Buenos Aires, apelando a una instancia ya sea política, ya sea judicial, que imparta un orden de legalidad. El consumo de Paco es presentado aquí como un síntoma social ubicando sus causas y sus efectos en el mismo punto: lo social, lo político, lo económico; es decir, por fuera del sujeto. En todo caso se le da a éste el lugar de víctima de lo que en la nota se denomina “el flagelo del Paco”. Es de esperar que las Instituciones desde lo público, den respuestas en red, de una manera que coordine esfuerzos y presupuestos.

Desde otro punto de vista, el aporte del Psicoanálisis es introducir la pregunta por el sujeto, Uno por Uno. Lo suponemos con una respuesta subjetiva propia, lo cual significa aprender a interrogarse, y desde tal suposición interrogamos, por ejemplo, la función del tóxico en cada quien. Nos proponemos ir de lo social a lo subjetivo, de lo universal a lo singular, de lo general a los detalles. Intentamos ubicar en la red de los discursos y las prácticas lo propio de cada quien apostando a un pasaje del síntoma social al síntoma subjetivo. Ello implica que hay algo por descifrar: una causa, un goce, un sentido, y que todo ello se encuentra más allá o más acá de lo ambiental, sin desconocerlo, y en un nuevo lugar.

martes, 19 de abril de 2011

MODULO DE INVESTIGACIÓN. Respuestas analíticas a las adicciones

Por Mariana Gavotti

Dimos comienzo al recorrido realizado el año pasado en el modulo de investigación sobre adicciones con un texto de Alain Ehrenberg, “Un mundo de funámbulos”. Punto inicial que nos permitió situar algunas ideas centrales sobre la problemática de las adicciones en la actualidad. El autor diferencia, por ejemplo, el uso de las drogas (usos heterogéneos de productos múltiples) en las sociedades no modernas de las modernas. En éstas últimas plantea una interrogación en el funcionamiento de las sociedades democráticas (el individuo soberano, libre, igual a todos…), las drogas serían un artificio para fabricar individuos, una química de la promoción de sí mismo.

Con el artículo de Adriana Testa, “Estructuras clínicas en las adicciones” nos adentramos en la articulación entre adicciones y psicoanálisis. Señalamos del texto, por ejemplo, la diferencia entre la droga como objeto de la droga como sustancia. Tomamos el comentario de la autora acerca de la idea freudiana de la adicción como hábito que se asume compulsivamente. Es un oxímoron, afirma, que cruza dos términos extraños entre sí, y que a su vez descompone en otros dos: defensa y pulsión.
Nos vimos llevados, entonces, a releer el desarrollo que Freud realiza sobre la compulsión de repetición.

Una línea de trabajo es posible vislumbrar en la definición del vocablo toxicomanías , por Sylvie le Poulichet, de Elementos para una enciclopedia de psicoanálisis, el aporte freudiano, con la dirección de Pierre Kaufmann. En lugar de tratar de “curar la toxicomanía”, nos vemos entonces llevados a hacer surgir nuevas formaciones que figuren las preguntas fundamentales del sujeto. En un primer tiempo, se trata de suscitar la transformación de un montaje narcisista en formaciones de síntomas en la cura. En efecto, es la constitución de síntomas aunque sólo sea en forma de una queja lo que engendra una distancia entre el sujeto y el goce, al instaurar el lugar del enigma y de un tercer saber. La creación del síntoma en la cura supone que el sufrimiento del analizante se organiza o se elabora simbólicamente como una interpretación del deseo del Otro, reactivando la fabricación de “teorías” y “novelas”. Es esta nueva configuración la que hace practicable el análisis, puesto que el analizante suscita el lugar del Otro en la cura como el sitio desde donde su sufrimiento va a recibir un sentido. Precisamente, antes de entrar en el campo de la transferencia, lo más frecuente es que la toxicomanía no esté estructurada como un síntoma; ella realiza más bien un tratamiento del cuerpo que no posee sentido en sí mismo, pero que suspende el tiempo y el deseo.


Finalmente, hemos ubicado algunas cuestiones a partir de una conferencia de Eric Laurent, por ejemplo la importancia de las instituciones que brindan tratamientos a las adicciones. Se trata, no de prescindir de ellas, sino de “introducir la consideración de la particularidad del sujeto”, y que no tengan como único objetivo el destete universal, la desintoxicación como cura para todos. Siguiendo con la orientación de los tratamientos posibles de las adicciones, Eric Laurent plantea cuatro modalidades posibles, según predomine alguno de los matemas establecidos por Lacan, del sujeto, del objeto, del saber y del significante amo.
El tratamiento por el sujeto propone a éste dejar la identificación con el ser toxicómano para dar lugar a su división subjetiva y al goce de la palabra; sería el más cercano al analítico.
El tratamiento por el saber sería una suerte de “pedagogía del toxicómano” y una “extracción del saber de este último sobre su objeto”, del lado de las medidas educativas que por ejemplo dictan ciertas obligaciones jurídicas para infractores al consumo de sustancias ilegales.
El tratamiento por el S1 ubica al sujeto bajo un ideal: el de ser un ex adicto que “recupera” su relación a la vida, obedeciendo a las normas prefijadas, con valores humanitarios, lo cual se da en las comunidades terapéuticas tradicionales.
Los tratamientos por el objeto apuestan a la sustitución de objetos, aquí es conocido el caso de la metadona por la heroína. De acuerdo a estas modalidades con el objeto de goce se reanuda un lazo con el Otro: “no a partir de lo simbólico sino por medio del cuerpo en sus dos consistencias de real y de imaginario”.
Por todo esto quedan planteados los modos discursivos en que se ordenan las distintas prácticas terapéuticas, y las maneras en que se intenta absorber y clasificar a las prácticas y usos de las diversas sustancias.

Coordinador: Félix Chiaramonte
Integrantes: Mariana Gavotti, Clara Casaretto, Lorena Di Masso, Bettina Quiroga, Andrea Fato, Walter Naimogin