La propuesta de trabajo de este año 2016 se anudó respecto a las relaciones y tensiones que la práctica analítica sostuvo y sostiene con los campos delimitados por la ciencia y la religión. Los mojones que nos guiaron en este recorrido fueron dos textos: “La ciencia y la verdad” de J. Lacan (1966) y “Acerca de una cosmovisión” de S. Freud (35º Conferencia, 1932). Diversos autores fueron los elegidos para sostener la intertextualidad: G. García, P. Legendre, O. Masotta, A. Koyré, R. Descartes, I. Kant, L. Strauss, J-C. Milner, y otros. A continuación, las reseñas de las clases brindadas por los invitados al Seminario:
Marita Salgado: El sujeto: Entre Ciencia y Psicoanálisis
Por Verónica Rios
El viernes 1 de julio tuvo lugar la clase a cargo de Marita
Salgado, Miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana y de la Asociación
Mundial de Psicoanálisis, Directora de la revista Dispar-Psicoanálisis y
Filosofía.
En una lectura intertextual realizada por los integrantes de la
delegación, recibimos con interés la clase a cargo de Marita Salgado, quien
propuso puntualizaciones que permiten señalar las diferencias acerca del sujeto
de la ciencia y su correlato, es decir el sujeto del psicoanálisis.
Al inicio señala que es un escrito del año 65/66, a su vez la
primera clase del seminario 12, cuyo título es “El objeto del Psicoanálisis”, y
Lacan lo ubica al final de la recopilación de los escritos. Refiere que ésta
ubicación es un punto de capitón respecto de sus escritos. En las primeras
líneas del texto propone el estatuto del sujeto y el estado escisión, de
Spaltung, de división detectado en la práctica analítica.
Es tomando como referencia a A. Koyré que Lacan va a localizar
en el siglo XVII el nacimiento de la ciencia. Lacan sostiene allí la condición
del descubrimiento freudiano, en tanto no
hubiera sido posible ni el psicoanálisis como práctica, ni el inconsciente como
descubrimiento sin la fundación del sujeto cartesiano. Lacan se ocupa de la
ciencia dado que su inmixión en la cultura se produjo en un tiempo que no tiene
precedentes en la historia. Lacan hace del cogito cartesiano el enunciado de la
condición subjetiva de la ciencia, es a partir de ese sujeto de la ciencia que
va a ubicar al sujeto del psicoanálisis; como lo que decanta, lo que resta del
cogito cartesiano. En la ciencia hay un saber sin sujeto, lo que importa es el
saber y el pathos queda afuera, un sujeto sin alma, reducido a la enunciación.
El nudo del planteo lacaniano reside en que el sujeto del cogito es un sujeto
amarrado al lenguaje, donde se puede afirmar que la sustancia pensante está
hecha de lenguaje, el sujeto de la ciencia es necesario para el psicoanálisis
porque revela su ser de lenguaje. El sujeto de la ciencia es un sujeto no
responsable por su causalidad, el sujeto del psicoanálisis es un sujeto
responsable, que toma posición acerca de la causa que lo produce. En el curso
de J. A. Miller, Causa y Consentimiento dice que el sujeto de la ciencia no
responde por sus síntomas, esa responsabilidad marca la diferencia.
Fátima Alemán: Entre religión y psicoanálisis
Por Verónica Ortiz
El pasado 5 de agosto Fátima Alemán [i] nos visitó desde La Plata para sumar su aporte al trabajo
del seminario, contribución que tituló “Entre religión y psicoanálisis” y que
se planteó analizar el entrecruzamiento de ambos campos, en sus puntos de
intersección y disyunción.
Comenzó proponiendo revisar la primera clase del Seminario 11-
“La excomunión”- para leerla junto a “La ciencia y la verdad”, escrito
principal de nuestro recorrido 2016. En el particularísimo contexto político y
epistémico del psicoanálisis de1963, Lacan llama a la IPA “la iglesia” y revisa
qué funda al psicoanálisis como praxis. A diferencia de Freud, que deseaba
inscribir su doctrina en el campo científico de su época, Lacan se pregunta
acerca del fundamento científico del psicoanálisis. Lo desmarca del campo de
las ciencias humanas y sostiene que es una ciencia conjetural. ¿Cuál sería su
objeto? Para Freud, el inconsciente. Para Lacan, el objeto a, que no es un
objeto de conocimiento, sino un objeto recortado en el cuerpo, ligado a la
pulsión.
Alemán desarrolló algunos aportes de dos autores que
constituyen referencias importantes para Lacan en este escrito: A. Koyré, que
le permite pensar el nacimiento de la ciencia moderna y el sujeto de la
ciencia, y el cardenal Nicolás de Cusa, quien propone la verdad ya no en
términos de exactitud sino de conjetura. Luego, puntualizó un texto de Antonio
Texeira, analista brasileño: “Los efectos discursivos de la cristianización de
Dios”, recorriendo conceptos tales como la secularización de la conciencia y
los cambios en la concepción de la verdad.
Será el turno del pasaje de la tragedia antigua (Edipo) a la
moderna (Hamlet). El héroe antiguo cargaba con la figura inexorable del
destino, que funcionaba como causa. El moderno, sufre una deuda que, sin
embargo, puede rechazar, puede tornar contingente. La causa como verdad ya no
está jugando de la misma manera, puede ser una conjetura.
Freud piensa la religión en términos de neurosis universal, con
sus rituales y ceremoniales, al modo de la neurosis obsesiva. La religión está
montada sobre una creencia, que es una ilusión, motorizada por el deseo. Por
otra parte, está la religión privada de cada uno, el fantasma. Allí donde Freud
pensaba que la ciencia provocaría el desengaño de la ilusión, y con ello, el
ocaso de la religión, Lacan habla de su triunfo. Al sin sentido actual, la
religión responde segregando sentido y eso constituye un mecanismo de gran
alcance.
En este contexto, podemos esperar que el psicoanálisis continúe
siendo un síntoma que siga apelando al sinsentido particular de cada uno,
frente al sentido universal de lo religioso o al código predeterminado de las
terapéuticas.
Siguió a la exposición una extensa y animada conversación con
los presentes acerca –entre otros temas-de las terapias cognitivo-conductuales,
el Coaching, el papa Francisco, el
sincretismo religioso y la unificación de los goces.
[i] Miembro de la Escuela de Orientación
Lacaniana y de la Asociación de Psicoanálisis de La Plata. Prof. Adj. Facultad
de Psicología (UNLP). Miembro de PRAGMA.
Beatriz Gez: René Descartes: la orientación de Lacan
Por Augusto Pfeifer
El 16 de Septiembre nos visitó Beatriz Gez, miembro del Centro
y la Asociación Amigos de la Fundación Descartes.
Gez aprovechó la ocasión para trabajar la particularidad de las
condiciones con las que se encuentra el psicoanálisis. Como bien señala Lacan
en el texto “La ciencia y la verdad”, nuestra práctica debate con una
diversidad de disciplinas y saberes que inundan el mercado de la salud mental y
la cultura. En esta discusión, sin embargo, no se tratará de triunfar -ni de
fracasar-, sino de sobrevivir.
Resaltó el modo en el que -siguiendo la propuesta de Germán
García- el psicoanálisis entiende su enseñanza. Más allá de los saberes o
conocimientos transmitidos, la clave se encuentra en el intervalo que se
impone: entre aquel que enseña y aquel que aprende, existe un hiato abierto por
un deseo. El primero no podrá saber de antemano qué va a producir en el que
aprende. Del segundo dependerán entonces los alcances de esa transmisión. Esta
forma de circulación difiere, desde el llano, de la propuesta de la Asociación
Psicoanalítica Internacional sobre la formación de los analistas. En ella están
(al modo obsesivo, señaló Lacan su momento) delineados dos lugares -didacta y
candidato-, sin ese hiato que concede abrir las vías de un deseo singular.
La clase recorrió además uno de los objetivos implícitos de la
Ilustración y el Humanismo (siendo Kant uno de sus referentes): alcanzar esa
anhelada mayoría de edad. Gez contrapuso a estos movimientos la evidencia leída
por Freud: cada civilización conlleva su barbarie. La técnica -esa estrategia
universal que le permite al hombre ir más allá de él- supone nefastas
consecuencias.
Señaló, retomando a Lacan, que la palabra es oscurantista. Es
esta propiedad la que abre el siguiente interrogante: ¿qué transporta el
significante que genera efectos? Pregunta soslayada por las teorías
cognitivo-comportamentalistas que sentencian que todo lo que no es cognoscible
vía la razón, se torna sospechoso. Contra la orientación freudiana - “el
malestar está fuera de sentido”- se propone un “todos iguales frente a la
cognición”.
Considerando este contexto de sospecha la clase propuso
recuperar la vía de Descartes: “avanzar enmascarado”, tal como lo señaló Lacan
en el Seminario X.
La existencia del psicoanálisis no dependerá de su
“originalidad”, sino del hecho de estar advertidos -como practicantes- del
recorrido por los significantes que constituyen su metonimia. “¿Qué clase de
metáforas vamos a hacer de esa metonimia que es el psicoanálisis?” La respuesta
no será sin política, y ella -aunque muchas veces se imponga el olvido- se
sostendrá gracias a figuras y nombres que sostenemos como referencias.
Emilio Vaschetto: ¡Prueba otra vez!
Por Pamela Morelli
El viernes 18 de noviembre nos visitó el Dr. Emilio Vaschetto
[i] en el cierre de nuestro Seminario. El encuentro fue a modo de plantear
algunas conclusiones respecto de las lecturas que hemos abordado a lo largo del
2016. El invitado, ingeniosamente, tituló la clase “¡Prueba otra vez!” en
alusión a un fragmento de S. Beckett: “Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra
vez. Fracasa mejor.” En los tiempos actuales, cuando todos los medios masivos
de comunicación parecen señalar a la Felicidad como el imperativo categórico posmoderno y el éxito tiene mejor prensa,
plantear “fracasar de la mejor manera” es, quizás, una opción más afín al
psicoanálisis.
Tomando como eje el escrito de J. Lacan La ciencia y la verdad,
se trazaron algunas coordenadas para recorrerlo, y teniendo en cuenta lo
barroco del estilo lacaniano, se propusieron tres pares posibles:
Paranoia-Ciencia, Neurosis Obsesiva-Religión, Spaltung-Praxis.
A lo largo del encuentro, entre muchas cuestiones planteadas,
quedaron establecidos algunos mojones: la necesidad de separar la Paranoia como
una psicopatología, de la paranoia post clínica, que el sujeto sobre el que
operamos desde el psicoanálisis no puede ser otro que el sujeto de la ciencia
ya que hay leyes que se ordenan más allá del mismo y de las cuales no se puede
huir, teniendo presente que somos siempre responsables de nuestra posición de
sujetos. La consecuencia de dicho planteo sería la imposibilidad de escudarnos
en determinismos que oscurezcan nuestra propia responsabilidad subjetiva.
Vaschetto también destacó que vivimos en momentos en donde el discurso de la
época estaría del lado del “rechazo del inconsciente” (no solamente como
consecuencia de una psicosis) sino que plantea la paranoia "lograda” como
característica de ser un "desabonado" del inconsciente.
La elucidación de dichos planteos (oscuros, áridos por
momentos) se realizó en el marco de la clase que fue el último encuentro de un
recorrido anual por distintos autores, invitados y debates.
[i] Miembro de
la Fundación Descartes, de la Escuela de Orientación Lacaniana y de la
Asociación Mundial de Psicoanálisis.
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