En el marco de los encuentros de
lectura del IOM2 delegación San Fernando y del curso anual 2014, cuyo eje de
lectura es el Ultimísimo Lacan e historización, tuvieron lugar las siguientes
clases:
“El manifiesto de Lacan” (23/05)
primera clase de este año, a cargo de Cecilia Fasano, Miembro del Centro
Descartes, Asociada a la EOL sección La Plata, Directora de la revista
Estrategias-Psicoanálisis y Salud Mental y Adscripta al Servicio de Docencia e
Investigación del Hospital Rossi de La Plata.
Por Lorena Di Masso
Fasano tomó como referencia
central algunos puntos de Función y campo de la palabra y del lenguaje en
psicoanálisis y propuso un recorrido desde 1953, año en que Lacan renuncia a la
Sociedad Psicoanalítica de París, funda La Sociedad Francesa de Psicoanálisis y
tiene lugar el Congreso de Roma. Allí Lacan distribuye el informe publicado en
Escritos I y da su discurso con una fuerte crítica a los psicoanalistas de la
época. En este momento introduce la cuestión de la palabra y el lenguaje en
psicoanálisis e inaugura la elaboración de lo simbólico como lugar de
constitución del sujeto. Tomando en cuenta “los tres” de Lacan, si previamente
el predominio era dado a lo imaginario y avanzada su enseñanza será dado a lo
real, en esta época, el registro que predomina es el simbólico. La disertante
tomó dos conceptos: comunicación y sujeto. Acerca del primero, el rechazo de
Lacan hacia todo concepto de intersubjetividad, en tanto “la comunicación no
existe”, “el muro es el lenguaje” y éste preexiste a la entrada que hace en él
todo sujeto. Aparece la imposibilidad de decir todo y el malentendido, en tanto
que en la comunicación juega su partida el deseo inconsciente. Entonces, para
el psicoanálisis, la trampa de la comunicación es creer que hablando la gente
se entiende. Sin embargo, dice Lacan, habrá que dejarse engañar por el
lenguaje. Es esa la condición para analizarse y para analizar. La palabra es el
instrumento. Avanzando sobre la noción de sujeto, Fasano aclaró: no es el yo,
no es la personalidad ni el individuo. Tampoco el carácter. El sujeto es tal
por estar sujetado a la estructura del lenguaje, es producto, consecuencia,
efecto de aquel.
“Aspectos de la interpretación
analítica: contexto institucional y prácticas individuales” (22/08) segunda
clase, a cargo de Elena Levy Yeyati. Autora de El DSM en cuestión, y autora y
compiladora de La casuística de Lacan, Levi Yeyati es Doctora en Medicina por
la Universidad de Buenos Aires, Psiquiatra y Psicoanalista y Miembro de la
Fundación Descartes, de la Escuela de Orientación Lacaniana y de la Asociación
Mundial de Psicoanálisis.
Por Andrea Fato
En su exposición, Yeyati se
refirió a Función y Campo de la Palabra y del Lenguaje como un texto político
fundacional con el cual Lacan provoca un punto de quiebre con la IPA,
institución a la cual pertenecía, inaugurando en este acto la Sociedad Francesa
de Psicoanálisis dejando así en relieve su propuesta de enseñanzas, un retorno
a Freud. Desde ese lugar, Yeyati propuso pensar la institución y lo que allí se
discute en relación con la práctica individual, señalando la importancia de
ubicar en esta intertextualidad el contexto donde se inscriben las instituciones,
la política que las determinan, las interrogaciones que advienen; como parte de
una orientación sobre la cual gira la enseñanza de Jacques Lacan.
La disertante tomó como sesgo la
interpretación, trazando una línea divisoria entre síntoma y sinthome y el
saldo que ambos momentos de la enseñanza de J. Lacan tienen sobre la práctica
individual. Ciñéndose a la actualidad de dicha orientación hizo referencia a
los cursos de Jacques Alain Miller, quien fundamenta dicha división sirviéndose
de tres nociones básicas: universal, particular y singular. Yeyati concluyó con
una interrogación respecto de la clínica que resuena hoy: A propósito de lo
singular ¿Cómo son las interpretaciones?
“La Hystoria del Síntoma” (31/10)
tercera clase del curso, a cargo de Ignacio Penecino, Miembro de la Fundación
Descartes, Docente de la Facultad de Psicología de la U.B.A. y Supervisor en el
Servicio de Salud Mental del Hospital de San Isidro.
Por Lorena Laserre
La clase pivoteó entre dos
grandes líneas que Ignacio tomó de la clase “Historización” del mencionado
seminario de Jacques-Alain Miller. Comenzó haciendo una división en torno a dos
ejes: de un lado una vida vivida como historia y del otro cuando no hay
historia vivida, es decir historia y real. Ubicando los mecanismos de represión
y forclusión en relación al significante. Esta distinción, resaltó, no
corresponde estrictamente a las estructuras psicopatológicas lacanianas
clásicas (Néurosis y Psicosis) sino que permite esbozar la relación del sujeto
con su simbólico.
Asimismo, el expositor planteó la
necesidad clínica de ubicar la historia del síntoma, es decir, la repetición.
Tomando el clásico caso de Sigmund Freud “Fragmento de análisis de un caso de
histeria”, Penecino fue detallando las distintas definiciones que Freud propone
en torno al síntoma histérico. Resulta importante resaltar que son coordenadas
que hacen a una praxis, en la cual se podrán ubicar varios componentes: el
sentido, el significado y la satisfacción. También retomó la “Conferencia 17º,
El sentido de los síntomas” de Freud para diferenciar aquellos síntomas típicos
de los individuales, que son los que hablan de la singularidad del sujeto en su
análisis. Así, Penecino resaltó la noción de sobredeterminación en la obra
freudiana y cómo esta fue retomada por Lacan; planteado la pregunta de cuál es
el valor de uso, en la actualidad, de este concepto dentro del campo del
psicoanálisis y en el final de la obra de Jacques Lacan.