Por Pablo Rosas
Como nos indica la presentación de este libro [i]
compuesto por clases dictadas en Tucumán entre Marzo y Diciembre de 1988,
muchos son los temas que podríamos elegir para transcribirlos por su
importancia. No obstante elegimos uno en particular por tener, creemos, una
impronta propia de quien se ha formado bajo la enseñanza de Oscar Masotta.
Estamos en tiempos donde los últimos trabajos sobre
psicoanálisis y los debates sobre los mismos son de fácil acceso. Términos,
artículos, etc, vía los medios digitales, se nos brindan con mayor facilidad
que en los años donde se dictaban estas clases. Sin embargo el no precisar
cuestiones básicas como la teoría del lenguaje que manejaba Freud en sus
comienzos, aparejan falencias en la formación de quienes aún con los últimos
materiales se quieran formar en esta disciplina.
Por esto elegimos y trascribimos de la página 11 del libro lo
siguiente:
“Para entender estos mecanismos de Freud hay que entender su
teoría del lenguaje, que está expuesta en el libro La afasia anterior al
Proyecto y a la interpretación de los sueños, Freud piensa que el lenguaje
tiene tres polos: un polo motor, uno escópico y otro auditivo. Decía que a una
palabra el sujeto puede escucharla, puede bailarla y puede verla. Pongamos tres
ejemplos, el sujeto baila la representación, se ve en el ejemplo de Freud sobre
la histeria y la bisexualidad; una mujer que tiene la representación del coito
y la defensa de esta. Esto se traduce en la formación de un arco, una mano se
defiende y otra tira de la ropa; quiere decir que esta mujer hace esa
representación. El ataque histérico va a dar el modelo de una serie de actos.
Freud también refiere el caso de una histérica que tiene una
alucinación donde él y Breuer penden de un árbol. Ambos le habían negado un medicamento
que ella reclamaba, entonces les dijo: “¡No valen uno más que el otro! Uno es
el pendant del otro”. Evidentemente sabía francés, había alucinado la frase con
una imagen donde uno pendía del otro. Quiere decir que la representación se
puede hacer, ataque histérico, y se puede ver, alucinación visual. Luego
tenemos a Schreber que escuchaba unas voces que le decían cosas, hay también
alucinación auditiva.
Hay que entender que en Freud el lenguaje no es sólo lo que se
habla, sino también esta dimensión donde el lenguaje se hace, se alucina
auditivamente, visualmente e incluso táctilmente.”
[i] Otium Ediciones, 2014
* Artículo publicado en el Número 11, Año 11 de Revista RESPUESTAS. Diciembre 2016.
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